Una pesadilla. Eso fue la visita del Atlético al Juventus Stadium. Desde que pusieron los dos pies sobre el césped el equipo se fue viniendo abajo, superado, mostrando carencias durante los 90 minutos que no podían acabar en otra cosa que no fuera un batacazo histórico. Si la gran actuación del 20 de febrero en el Metropolitano quedará en la retina de los aficionados por una gran segunda parte, el desastre del 12 de marzo en Turín formará parte, en lugar destacado, y por méritos propios, en la galería de los horrores del cholismo. Por ir más allá, en la historia de un club que superado ampliamente los 100 años de vida.

No se puede calificar de otra manera lo que sucedió en Turín. La impotencia rojiblanca fue manifiesta durante todo el partido. Impotencia para frenar a la Juventus y a Cristiano, pero impotencia también para marcar un gol que acabara con la opción de los italianos de pasar a cuartos. Ambos, juntas, desembocaron en un auténtico desastre, una eliminación inesperada por todos y cada uno de los que componen el Atlético de Madrid . Pero no sólo la acariciaron, es que ni tuvieron la vergüenza torera de morir en el área de la Juventus, que vivió plácidamente los últimos minutos desde el 3-0 que le metía entre los ocho mejores de Europa.